El seguro es una herramienta esencial en nuestra sociedad moderna, pero sus raíces se hunden en la historia antigua, donde las primeras formas de protección y mutualidad surgieron como respuesta a la necesidad humana de seguridad ante los riesgos.
Las Primeras Formas de Seguro en la Antigüedad
Las primeras evidencias de conceptos similares al seguro se remontan a las civilizaciones antiguas de Mesopotamia y Babilonia, alrededor del año 2000 a.C. Los comerciantes babilónicos utilizaban un sistema conocido como «préstamo a la gruesa ventura», donde los préstamos para financiar el transporte de mercancías solo se reembolsaban si la carga llegaba a salvo a su destino. Esto protegía a los comerciantes contra las pérdidas causadas por naufragios o robos.
El Seguro en la Antigua Grecia y Roma
Los griegos desarrollaron asociaciones mutualistas denominadas «Eranoi», donde los miembros aportaban fondos comunes para ayudarse entre sí en caso de necesidad. Por su parte, en Roma surgieron las «Collegia Tenuiorum», asociaciones que brindaban asistencia para gastos funerarios a sus miembros.
La Edad Media: Surgimiento de los Gremios y la Protección Mutual
Durante la Edad Media, los gremios de comerciantes y artesanos europeos ofrecían a sus miembros protección contra pérdidas, incendios y otras calamidades. Esta forma de seguro mutualista sentó las bases para las futuras compañías aseguradoras.
El Seguro Moderno: Londres y el Nacimiento de Lloyd’s
El punto de inflexión hacia el seguro moderno llegó en el siglo XVII, en Londres, con la fundación de Lloyd’s Coffee House. Este establecimiento se convirtió en el centro de operaciones para los aseguradores marítimos, dando lugar a la creación de Lloyd’s of London, una de las instituciones de seguros más icónicas del mundo.
El Seguro en la Era Contemporánea
Con la Revolución Industrial, el seguro se expandió a nuevas áreas como el seguro de vida, accidentes y salud. Las compañías aseguradoras crecieron y se profesionalizaron, reguladas por leyes que protegían a los asegurados y garantizaban la solvencia de las empresas.
Comprender estos orígenes no solo es fascinante, sino que nos permite apreciar cómo esta herramienta ha evolucionado para convertirse en una pieza clave de la sociedad moderna.